El arquitecto como artista. La importancia de la Basílica de la Sagrada Familia

El arquitecto como artista. La importancia de la Basílica de la Sagrada Familia

Disfrutar del proceso. La belleza de la Basílica de la Sagrada Familia. La visión particular de Angelo Calcaterra sobre el arquitecto como artista. Gaudí y su sello personal.

¿Existe la belleza en lo inconcluso?

¿Cuántas veces corremos tras resultados? En el trabajo, en la vida diaria, en la práctica de un deporte, y caben más ejemplos. En el caso de la Basílica de la Sagrada Familia, o Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2005, llama la atención en muchos sentidos y es, asimismo, el monumento más conocido y característico de Barcelona. En este último punto se asemeja a lo propio por parte de la Basílica del Sagrado Corazón, en París.

El reconocido arquitecto y CEO de San Tonino, opina respecto de esta monumental edificación, lo cautivante que es que una obra inacabada sea, a la vez, tan perfecta. Considera que, como todo lo que hizo Gaudí, su sello personal es lo más curioso y valioso de la obra, en particular. Y de la culminación de su estilo, en general. Un arquitecto es un artista, es lo que mejor define este monumento, es el parecer del experimentado profesional. Si querés saber más sobre arquitectura, también te invitamos a visitar las reflexiones del CEO de San Tonino sobre lo propio en el Renacimiento y en el Palacio Barolo.

La inspiración está en lo cotidiano

Inspirada en formas de la naturaleza, la Sagrada Familia es una de las dieciocho torres con las que soñó Antoni Gaudí. Como máximo exponente de la arquitectura modernista, y creado por él, miles de turistas visitan el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia a diario.

Podemos decir del estilo del autor de esta monumental edificación que lo fue descubriendo a medida que lo transitaba y que es, además, innovador y vanguardista para su época, pasando a ser único en la posteridad.

Sin prisa, pero sin pausa

Volviendo a la pregunta inicial sobre las veces que corremos tras resultados y no disfrutamos del proceso, cabe resaltar aquí como excepción a la regla el caso de Antoni Gaudí quien, en una de sus citas más famosas, dijo que su cliente -que era Dios- no tenía prisa. 

Porque, si bien las obras de construcción empezaron en 1882, la Sagrada Familia no estaba terminada cuando Gaudí murió atropellado por un tranvía en 1926. Asimismo, se calcula que las obras de construcción finalizarán en 2026, cuando pasará a ser la iglesia más alta del mundo con un total de 170 metros de altura.

El CEO de San Tonino destaca que Gaudí logró una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, creando una estructura a la vez simple y resistente. La concepción espacial modernista, además de romper con el pasado, propuso algo novedoso y atractivo en la construcción de la ciudad. Pero no solo eso, sino que se trata de un movimiento completamente experimental y que se redescubre a cada paso.

Calcaterra destaca, además, la generosidad para con la posteridad de Gaudí, quien sabía que no iba a terminar la tercera fachada, la Fachada de la Gloria, y dejó los bocetos para que sus sucesores pudieran hacerlo. Cree que este gesto de pensar más allá de uno mismo lo convierte en una gran persona, además de un artista, como señaló, por eso también merece su profunda admiración.

El viaje al Templo Expiatorio de la Sagrada Familia

Situada en Barcelona, España, es la iglesia católica más destacada de la ciudad. En lo que a arquitectura eclesiástica se refiere, el templo expiatorio de la Sagrada Familia está compuesto por una nave central con cuatro naves con crucero que forman una cruz latina. En el extremo superior de estas se encuentra el ábside, de forma semicircular. Su particular representación de los diferentes acontecimientos de la vida de Cristo (nacimiento, pasión, muerte, resurrección y gloria) llaman poderosos la atención e invitan a descubrirla en cada visita.