La gratitud de ser solidario, constituye un valor en sí, que se refleja en la acción desinteresada de poder ayudar a otro que lo necesita.
Solidaridad y Gratitud
Le preguntamos a Angelo Calcaterra, conocido arquitecto y CEO de San Tonino, qué tiene de beneficioso ser solidario, sobre todo para alentar a los demás a hacerlo.
“Aunque me desconcertó un poco la pregunta, debo reconocer que me llevó a pensar. Y lo primero que vino a mi mente fue la sensación que me genera el bienestar de otro, a quien —y esto puede sonar extraño— probablemente no conozco”, señalo el arquitecto. Luego, explicó que, a partir de esto, se da una relación, más allá de que, tal vez, nunca se vean las caras.
Llama la atención pensarlo de este modo, porque en general uno le da una mano a quien conoce. Entonces, a partir de ese vínculo un poco anónimo, un poco no, nace la solidaridad. “Conocemos a las personas primero por sus necesidades y luego por sus nombres. Aunque sea raro, no creo que opaque el hecho de colaborar. Se trata, asimismo, de una acción totalmente desinteresada: ayudo porque ese otro no puede acceder a la satisfacción de ciertas necesidades, del orden que sea: alimenticias, de formación, de equipamiento, viáticos, etcétera”, agrega el arquitecto.
Entonces, le preguntamos si le daba algo ayudar a los otros, sea del orden que fuera. “Sobre todo, la alegría que les produce ver que un problema, que quizás les pesaba desde hace tiempo, ya no lo es. Esa alegría, esa gratitud, representa, para mí, un valor, el principal, de ser solidario”, concluye el CEO de San Tonino.
Pide explayarse un poco más, para añadir que “Para ir un poco más allá de la sensación, hay quizás un camino. Con esto me refiero a que, para conformar el círculo virtuoso de la solidaridad, tenemos que contar con la posibilidad de ofrecer algo a alguien, del orden que sea”.
Aclaramos que, dado el contexto de la pandemia, las actividades sociales como el voluntariado presencial deberán esperar un poco más o tomar formatos diferentes. Por ejemplo, hacer una subasta por una plataforma de videoconferencias, adaptar los recitales al formato virtual, y todo lo que tenga el fin de ayudar a los demás es bienvenido.
“Por último, está la cuestión de devolver algo a la sociedad: es una experiencia única enseñar o dar algo al prójimo, de esa forma estás contribuyendo a devolver lo que otros te dieron de manera altruista, conformando ese círculo virtuoso”, reflexiona el versado y nos invita a hacer lo propio, desde nuestro lugar.