Dentro de este contexto de pandemia, un valor muy importante que fue tomando diferentes carices y promoviéndose en la sociedad fue la solidaridad.
Así, las ONG y los movimientos ciudadanos han sido el puntapié para canalizar esa expresión solidaria. A ellas se han unido miles de ciudadanos y ciudadanas que han entendido la necesidad de construir un mundo más justo a partir de actos desinteresados y acciones de carácter voluntario. “Este aumento de los gestos solidarios, el alza de la solidaridad puede verse en muchas variables, sobre todo en la empatía que nos genera el otro, que es la condición necesaria para ayudar”, explica Angelo Calcaterra, CEO de San Tonino y arquitecto renombrado.
“Desde educar respecto de ser solidario, esto es, visibilizar las problemáticas reales que nos aquejan y enseñar a nuestros hijos a que no todos tienen las mismas oportunidades que nosotros, y que, muchas veces, está en nuestras manos la posibilidad de que otros lleguen a hacerse de un futuro mejor”, prosigue el experto, “hasta organizar actividades de formación para los más necesitados, pasando por ayudas económicas y materiales”.
“Si algo bueno se le puede sacar a este difícil contexto es la posibilidad que damos y que nos damos de comprender a la otra persona y trabajar juntos para brindarles mayores herramientas, así como hacerles la vida más fácil”, reflexiona el CEO de San Tonino.
Otra posibilidad es la donación de objetos que ya no uso y que, por supuesto, están en condición de ser utilizados por otras personas. Porque muchas veces sucede que, aquello que ya no me hace falta, soluciona la situación de otros: como ropa, zapatillas o muebles. Por eso, si vas a hacer limpieza en tu casa, en vez de tirar aquello que ya no querés, ¿por qué no reencauzarlo a asociaciones que lo recojan y lo necesiten?
Por último, aquello en lo que la mayoría piensa cuando hablamos de solidaridad: una donación económica. De esta forma vas a contribuir a la financiación de organizaciones que trabajan en favor de los demás.
“Lo importante”, señala el arquitecto, “es que desde el propio lugar tomemos conciencia social de lo que están pasando muchas personas y nos comprometamos con acciones concretas, por más mínimas que nos parezcan, para darles alivio en esta coyuntura”.