El experto CEO de San Tonino comparte con los lectores algunas de las apreciaciones sobre el rol de líder y la perspectiva de la comunicación positiva.
El líder comunica desde lo verbal y desde lo no verbal: su papel como gestor de climas
Según el especialista en la temática Angelo Calcaterra, la tarea principal del líder es emocional y comunicacional. “La comunicación es una herramienta a través de la cual gestiona las emociones del equipo, dirige los objetivos, sortea obstáculos y se retroalimenta de las perspectivas que el grupo le aporte a la misión en común“, asegura.
El experto se refiere a canalizar las emociones del equipo de manera positiva, pero ¡atención! No lo hará solo con lo que diga, sino también con todas las expresiones no verbales.
Así, se convierte en un gestor del clima emocional del equipo o la organización. Lo cual se puede observar en que los colaboradores quieran o no acudir al líder en busca de comunicación y contacto, empatía, contención y comprensión.
La resonancia, así, es el resultado natural de la comunicación emprendida por el líder que impulsa la acción sobre la base de un clima positivo a nivel emocional.
Esta resonancia se posibilita a través de un sistema que podría denominarse circuito abierto o centro cerebral que regula las emociones condicionadas siempre por el entorno emocional.
Si bien en un primer vistazo se puede destacar la importancia de hacer explícitos los modelos mentales de todo el equipo, el líder y cada uno de los miembros o colaboradores, si enfocamos la perspectiva emocional del proceso de comunicación sigue comprender y explicitar en ese acto el clima emocional del líder y su grupo.
De esta forma luego se podrá encauzar la emocionalidad que se encuentre hacia un tono positivo, que será en definitiva, la base para el objetivo que pretenden alcanzar en conjunto, guiados por el líder.
Clima emocional positivo: el rol del líder
Angelo Calcaterra especifica, entonces, que la comunicación, y el rol, del líder se transforman en “resonantes“. Es decir, supone el dominio de las competencias de la inteligencia emocional que ha propuesto el experto y que se describen de esta manera:
La primera de ellas es la conciencia emocional de uno mismo.
Es decir, que cada uno trabaje en ser consciente de las propias emociones y del impacto que ocasionan es básico y necesario.
Se trata de una identificación de los estímulos del ambiente interpersonal que provocan diferentes emociones, algunas positivas y otras no. Estas mismas emociones permiten construir o deteriorar las relaciones de confianza, promueven un mensaje compartido o producen el franco rechazo del entorno, en este caso, de los colaboradores y esto también vale, entre ellos.
La segunda cuestión es la autogestión emocional. Es decir que luego de que somos conscientes de nuestras emociones habrá que gestionar el comportamiento que se da a partir de cada una de ellas.
Evidentemente actuar desde una emoción tóxica no conlleva jamás a un efecto positivo y se transformará en un proceso ineficaz. Por ello, la segunda competencia del líder supone el desarrollo de la capacidad de manejar de forma adecuada las emociones y los impulsos, sobre todo los conflictivos.
Es la única manera de promover la comunicación eficaz entre los colaboradores y con ellos.
En tercer lugar es deseable la consciencia social. Es decir, la capacidad de poder experimentar las emociones de los otros, de cada uno y como grupo, comprender los puntos de vista ajenos, interesarse activamente por las cuestiones que se plantean y les preocupan, practicar la escucha activa, etc.
Se trata nada más ni nada menos que de la lectura emocional de cada miembro del grupo o colaborador. La capacidad que se reconoce como empatía. Y claro, es la misma que los colaboradores buscan en su guía o líder.
En cuanto a la cuarta capacidad y la última es la habilidad de gestionar relaciones.
Esta corresponde a poder reconocer el clima emocional de los colaboradores, encauzar en una visión clara de las circunstancias, ser convincente y motivador, identificando en el terreno emocional del otro el correcto modelado del mensaje.
El especialista Angelo Calcaterra señala la importancia del “cómo“ se dicen las cosas para que el otro pueda oír un tono positivo y compartido.
Esto logra la eficacia del líder y su comunicación.
En definitiva, el proceso de comunicación que un líder debe impulsar, desde la perspectiva de la inteligencia emocional, supone que el emisor, en este caso quien guía al equipo debe operar en dominio consciente de sus propias emociones, de las de sus colaboradores o audiencia y todo, con el objetivo de que el mensaje sea interpretado de manera óptima.
Aprendizajes del líder: trabajar su tendencia biológica hacia la interconexión
Será entonces tarea del líder poder tomar consciencia de ese papel clave que juega en las emociones de su equipo, actuar y comunicar de manera transformadora y positiva, y gestionar las propias emociones, además de reconocer las ajenas.
La comunicación eficaz, en el fondo, está referida a la empatía emocional como requisito para que el emisor pueda llegar a sus colaboradores de forma certera.
Lo que llama la atención es que esta empatía que necesita un líder es posible y está al alcance por ser biológicamente dada: la naturaleza humana es a la interconexión con los demás. Es cuestión de desarrollarla, trabajarla y aprender a usar esta disposición natural para comunicarnos mejor.
Angelo Calcaterra lo expresa explicando que las personas demuestran adaptación y empatía a los estados de ánimo del entorno afectando su propia química cerebral y la de quienes lo rodean. Es decir, esta interconexión está configurada en lo que naturalmente somos como seres humanos, seres sociales.
Es decir, seres en comunicación y relación con los demás. Y a esta inteligencia emocional/ social estamos dispuestos.
El abordaje del especialista señala así que el aprendizaje del líder influye directamente en el clima laboral de la organización. Es cuestión de trabajar en ello.