¿Cuántas veces ha pasado que nos hemos dejado influir por una conducta o dicho de otra persona? ¿Cuántas, ese dicho o actitud no ha sido positiva para un otro? Es decir, cuántas veces, quizás sin saberlo, hemos reaccionado en cadena: como efecto acumulativo producido cuando un acontecimiento origina una cadena de otros acontecimientos similares. Interesados por esta suerte de efecto dominó conductual que se puede ver en los lugares de trabajo, también, consultamos con Angelo Calcaterra, CEO de San Tonino y reconocido arquitecto , para conocer su opinión, dada su vasta trayectoria en el ámbito empresarial y corporativo.
Lo primero que señala el arquitecto es que “El efecto es el mismo, independientemente de la longitud de la cadena. Una vez que comienza, sigue potencialmente hasta la última ‘ficha’. Eso puede ser bueno, si lo que estamos transmitiendo o haciendo lo es; o, al contrario, si nuestra actitud o aquella que seguimos, como moviendo una ficha por inercia, es negativa o perjudicial para otra persona”.
Respecto de lo antedicho, el experto agrega que “Este efecto puede salir a partir de un comentario, un chiste, la comunicación no verbal”. Y, cuando le preguntamos qué consideraba que se podía hacer para evitar la propagación de ese efecto cuando era negativo, nos contestó que tomar conciencia de la situación es lo primero que se debe hacer. “Tener empatía corta todo tipo de situaciones de estas que, además, son tóxicas para el entorno laboral. Podemos intervenir en la situación, transformándola en algo virtuoso, no ya negativo”. Y expresa también que “Una manera es cambiar el foco de atención, porque muchas veces la mirada está puesta en exceso sobre una persona o una característica de esta, con lo cual, si desviamos el foco, detenemos la caída en cadena de las fichas de ese dominó”.
Por último, el CEO de San Tonino nos invita a tomar conciencia de las actitudes que tenemos hacia los otros, para hacer de cada entorno del que participamos, un lugar mejor.