Los expertos en liderazgo, ubican al liderazgo situacional como un modelo específico que se refiere a la capacidad del líder a tener en consideración cada singularidad en cuanto a los miembros de su equipo. También se refieren a la habilidad de “leer“ cada situación específica sin repetir patrones ni modelos de un contexto al otro para resolver problemas e idear nuevos rumbos para alcanzar metas.
Cuatro estilos de liderazgo situacional
El liderazgo situacional tiene cuatro estilos. Cuáles son las claves para abordarlos y aplicarlos es la pregunta a la que Angelo Calcaterra, experto en la materia, se propone dar una respuesta.
“Si por ejemplo un equipo de marketing comienza a trabajar en un proyecto que le lleva mucho trabajo técnico nuevo, seguramente haya que guiarlos a un territorio desconocido en lugar de delegar. Si es al contrario y el trabajo se ha hecho antes de forma más o menos reconocible, posiblemente el líder tenga un rol menos protagónico“, ejemplifica el especialista.
De esta manera, ser un líder situacional implica sobre todo adaptarse como guía a una situación determinada para lograr un trabajo flexible, dinámico y adaptativo.
En qué consiste el liderazgo situacional: todos los detalles
Este tipo de liderazgo denominado situacional es un estilo en el que los líderes tienen en cuenta el nivel de formación de los miembros de los equipos que tienen a cargo y la singularidad de cada tarea por delante a resolver.
En el libro “Administración del comportamiento organizacional“ de Paul Hersey y Ken Blanchard se desarrolla un modelo en el que el líder saca lo mejor de su grupo al promover un entorno de trabajo democrático, promoviendo de esta manera la flexibilidad, disminuyendo el autoritarismo de asignar roles y fomentando la adaptabilidad de todo el equipo.
Modo de funcionamiento: liderazgo situacional
Así, el enfoque de liderazgo situacional puede proveer herramientas a los líderes para desarrollar vínculos hacia el interior de sus equipos más fuertes y respetuosos porque la adaptabilidad es una cualidad muy apreciada.
El líder adaptará su estilo de liderazgo y enfocará la formación y talentos de cada integrante.
Cada miembro del equipo requiere un nivel único de liderazgo práctico, basado en la piedra angular del liderazgo que es la comunicación eficaz.
“Depende del líder evaluar las habilidades, la confianza, seguridad, determinación y motivación de cada persona al interior del grupo para determinar qué estilo de liderazgo utilizar para esa ocasión“, puntualiza Angelo Calcaterra.
Todos los miembros del equipo tienen distintas capacidades, niveles de motivación en el trabajo, niveles de confianza y seguridad.
Por ello, si el líder usa su mismo estilo de liderazgo para todos, algunos de los miembros del grupo disfrutarán del liderazgo mientras que otros se sentirán comprendidos. El líder tiene que saber adaptarse, entonces, a los miembros y a las situaciones.
El método del liderazgo situacional es flexible y habilita a personalizar el estilo del líder para satisfacer las necesidades de cada miembro.
Los cuatro estilos posibles de liderazgo situacional
Son cuatro los estilos que se pueden emplear dependiendo de quiénes sean las personas involucradas en el equipo a guiar y el momento en el que esto pase.
El estilo directivo es la medida en que se le dice a un miembro del grupo la tarea que debe realizar, cómo hacerla, donde realizarla y cuando debe finalizarla. El comportamiento es de apoyo, escucha activa y reconocimiento cuando el progreso sea visible y luego, con la meta cumplida.
Este estilo también es conocido como ordenador o revelador. Es un estilo más eficaz cuando el miembro del equipo requiere una supervisión cercana por falta de experiencia o por su bajo compromiso con la tarea.
El estilo persuasivo dentro del liderazgo situacional es también conocido como explicativo o “coaching“. Aplicando este estilo, el nivel de comportamiento directivo es alto pero también lo es el comportamiento de apoyo.
Es un liderazgo eficiente para principiantes entusiasmados porque al observarlos se puede realizar una supervisión cercana y aprender de su visión fresca e inexperta ante las tareas.
El tercer estilo es el participativo. Se trata de facilitar y apoyar, distinto de los dos anteriores, porque tiene un nivel de apoyo alto y un bajo nivel directivo.
Angelo Calcaterra señala que es un estilo orientado más hacia los miembros del equipo, allí se pone el acento y el protagonismo es de ellos. Se utiliza si la persona tiene habilidades necesarias para llevar adelante la tarea y su capacidad es concreta pero le falta la confianza o la motivación para poner manos a la obra.
Como líder lo mejor es hacer preguntas abiertas para ayudar a delimitar el problema y colaborar a hallar una solución.
Un escenario posible es que uno de los miembros mejor formados del grupo comience a tener un desempeño deficiente en su labor. Para saber lo que ocurre habrá que poner en juego el estilo de liderazgo situacional participativo y organizar una reunión individual con este miembro del equipo.
Cuando se descubre el problema, quizás sea personal, el líder debe ponerse a disposición para ayudar a que se sienta mejor y solucione lo que le ocurre. Algunos ejemplos son brindarle recursos, un día de descanso, etc.
El último estilo de liderazgo situacional es el delegador. Se trata del conocido supervisor. Es un estilo de comportamiento que implica poco nivel directivo y un bajo apoyo. Esta orientado al miembro del equipo.
Cuando los miembros son autosuficientes pueden necesitar que el lider quede en un segundo plano porque otra cosa empastaría los engranajes de los mecanismos ya bien aceitados.
Este estilo fomenta la libertad de cada miembro del grupo y la confianza entre ellos.
Cualidades de un buen líder situacional
La capacidad de adaptación es clave en un líder situacional. Estos adaptan su enfoque cada vez a cada miembro del equipo y a cada problemática o meta propuesta. Un buen líder situacional es perspicaz y comprende la necesidad de cada uno, evalúan con facilidad si las personas están confiados, inseguros, motivados o desganados. Si necesitan orientación, formación, asistencia o cuál es su necesidad para trabajar mejor y más productivamente.
Para finalizar, Angelo Calcaterra indica que implementaciones como un software de gestión de proyectos puede resultar una buena manera de supervisar progresos y tener más información sobre la capacidad de las personas.
Esto fomentará un entorno de comunicación y feedback muy productivo para este tipo de liderazgo.