Hace un tiempo, participé de una charla de carácter motivacional en la que, entre otras cosas, se proponían 6 esquemas distintos para los resultados de negociaciones. Esto llamó mucho mi atención y me parece interesante proponer uno de estos esquemas en especial en este ámbito, para aplicar el modo de pensamiento solidario a lo cotidiano, desde una perspectiva aspiracional. Primero, nombraré los esquemas que se trataron, para que sepamos de qué estamos hablando:
- Ganar/ganar
- Ganar/perder
- Perder/ganar
- Perder/perder
- Ganar
- No hay acuerdo
Me centraré ahora en el primer modelo, que es el que me interesa comentarles, y que se distingue mucho de los otros, por sus resultados: ganar/ganar: en este esquema se persigue un beneficio mutuo de las partes. Yo gano, vos ganás. Esto está basado en la sinergia, es decir, en la convicción de que el éxito de todos es superador al personal. Mi propuesta es pensar esta filosofía aspiracional en el contexto de la solidaridad, donde alguien recibe lo que yo doy y, como resultado, ambos ganamos. Pero, me preguntarán muchos, si yo estoy brindando algo que es mío a otra persona, “y vos, ¿qué ganás?”.
Creo que, en este punto, es en donde entra en juego la sinergia, que es, según su definición, la “Acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales”. ¿Por qué el resultado es mayor que la suma de las partes? Porque, además de hacernos más saludables y mejores personas, tanto quien recibe como quien da, colaboramos con hacer de este un lugar mejor para vivir, garantizando condiciones de vida para todos.
Por eso, este esquema de ganar/ganar, además de proponernos un método de pensamiento de las cosas, nos brinda una filosofía de vida en la que, después de todo, no somos tan distintos, porque nos iguala como seres humanos. Y, sobre todo, se trata de que no siempre para ganar el otro tiene que perder.