Resiliencia, empatía y solidaridad

Resiliencia, empatía y solidaridad

En estos últimos dos años, donde no esperábamos la mayor parte de lo que pasó, sin dudas no nos encuentran iguales que antes. Aprovechamos para terminar cosas, empezar otras. En este sentido, Angelo Calcaterra, CEO de San Tonino S.A. y reconocido arquitecto, reflexiona acerca este año atípico. Aprovechar la empatía, que es la capacidad de entender al otro y ponernos en su lugar, comprender sus sentimientos, a través de comprender los propios, es lo que nos hace resilientes. Y esto tiene mucho que ver con la solidaridad, explica el CEO de San Tonino. En la sección Solidaridad en acción de su página web, encontrarás más información acerca de la solidaridad y de cómo llevarla a cabo.

 Entre todos podemos ayudar a ser solidarios

Desde su punto de vista, cuando tenemos empatía, el flujo de dar y recibir afecto en las relaciones con los demás es mayor, lo que incrementa nuestra red social de apoyo y este es un punto muy importante para ser una persona resiliente. 

El arquitecto valora esta circunstancia con mucho énfasis, porque, al afrontar la adversidad, podremos superarla y mantenernos fuertes y optimistas ante la incertidumbre, algo que caracteriza a esta época mundialmente. Un enfoque hacia lo positivo de una situación abre caminos que antes estaban ocultos. 

Por eso, sugiere disfrutar de los pequeños detalles y no perder la capacidad para asombrarse ante la vida; de esta forma es más fácil enfocarse en los aspectos positivos que nos ofrece cualquier situación, sea complicada o simple.

La conciencia del presente puede resultar difícil con los ritmos de vida actuales, pero hay formas de entrenar esta conciencia del momento presente. Una de las cosas que nos mantienen en el presente es la conciencia de que ayudar al prójimo redundará en una sociedad más equitativa. De acuerdo con el punto de vista del CEO de San Tonino, significa alcanzar un bienestar con el bienestar del otro y esta es la base de la resiliencia.

Propone dar un paso para acercarnos a los que más nos necesitan y a los que menos tienen.  Si algo nos motiva a ayudar a los otros, desde nuestro lugar, hacerlo y pregonarlo es una forma de mitigar la difícil situación que se está viviendo. 

Desde la visión de Calcaterra hay muchas formas de hacerlo: de forma virtual, también con talleres, por ejemplo, de formación y, además, educando a los jóvenes. Porque en ellos está la promesa de un futuro mejor.    

Hacia una definición de la empatía

A la hora de ayudar, la empatia cumple un rol importante

Acercándonos a un significado más concreto acerca de qué significa la empatía, desde su definición encontramos que está íntimamente ligado a un sentimiento de identificación con algo o alguien. La posibilidad de ver desde los ojos del otro es lo que hace factible que entendamos fundamentalmente dos cosas. En principio, que nuestra realidad no debe necesariamente coincidir con la de la otra persona. Digámoslo más claro, nuestra realidad no puede, necesariamente, ser igual a la del par que tenemos al lado.

En este sentido, y a partir de la comprensión de que no hay dos lugares iguales en la vida, podemos pensar en una aproximación a la empatía. Y eso nos lleva, desde la visión de Angelo Calcaterra, directamente a la segunda cosa que entendemos: y esta es la vinculación necesaria de la empatía y la solidaridad. Si querés conocer un ejemplo concreto de esto, te invitamos a visitar Angelo Calcaterra y la Misión Padre Pepe.

¿Qué es la empatía solidaria?

A partir de lo mencionado, el arquitecto avanza en su reflexión para afirmar que la empatía solidaria puede definirse como un encadenamiento de conceptos. Y estos conceptos abstractos, en principio, cuentan con dos condiciones sine qua non.

La primera se basa en que, si no se traducen en acciones, la empatía y la solidaridad no tienen razón de ser. Es decir que por mucho que nos acerquemos a una definición, lo importante, para el CEO de San Tonino, está en hacer. La segunda condición se fundamenta en que no puede existir solidaridad sin empatía. Como bien se mencionó antes, la empatía se sostiene en la mirada, profunda y certera, de que la realidad que vive nuestro par es diversa. Eso solamente es suficiente para que el CEO de San Tonino proponga a la empatía como condición necesaria para la solidaridad. No hay posibilidad de darle al otro algo que precisa si primero no se detecta que la otra persona carece de eso. Si uno lo tiene, entonces, ya tenemos la diferencia a la que hace referencia el arquitecto.

Un tercer eslabón en la cadena de la solidaridad

Si bien hasta aquí hemos desarrollado los beneficios que para las personas carenciadas tiene el encuentro, figurado o no, con una persona solidaria y que esta debe ser empática, cabe preguntarse por la relación de la empatía con la solidaridad. Se mencionó el incremento de nuestra red social de apoyo al ser empáticos. Hay, entonces, en la empatía solidaria un beneficio para quien lo practica. Podés conocer más en hacia una definición de solidaridad.

Pero ¿qué es resiliencia?

Al ayudar a otros, somos resilientes. Somos conscientes de que las diversas realidades se traducen en una visión comunitaria del entorno que habitamos. Si somos conscientes, el cuarto eslabón de esta cadena virtuosa implica que podemos cambiar la realidad que nos circunda. Si y solo si somos conscientes, comparte el renombrado arquitecto. Al entender este punto todo se potencia. El esfuerzo que invertimos en mejorar el ecosistema que nos circunda nos devuelve optimismo, nos abre posibilidades. Todo eso es resiliencia. En este punto, bien vale mencionar la importancia de Los medios de comunicación, los cuales visibilizan a los más vulnerables.

¿Cuáles son los pilares fundamentales de la solidaridad?

Se trata de una acción totalmente desinteresada, ayudo porque ese otro no puede acceder a la satisfacción de ciertas necesidades, del orden que sean. El vínculo solidario, además, es un poco anónimo, un poco no, según nos explica el arquitecto. Conocemos a las personas primero por sus necesidades y luego por sus nombres. Aunque sea raro, el CEO de San Tonino no cree que esta característica opaque el hecho de colaborar. La práctica de la solidaridad implica el bienestar para ambas partes, la acción concreta y la generación de redes formando un canal de acceso para muchos. Encontrás más acerca de esto en Responsabilidad social y su triple objetivo.

¿Cómo llevar a la acción la solidaridad?

Como mencionamos más arriba, hay cantidad de gente que no cuenta con las posibilidades y herramientas que otros sí y, para construir una comunidad más justa, nuestro deber de comunidad civil y de seres humanos que empatizan con el prójimo es la solidaridad. Por eso, el arquitecto entiende que hay diversas formas de ser solidario: desde dar talleres, pasando por brindar soluciones concretas a necesidades específicas, hasta donar recursos materiales y económicos. Una guía amplia, disponible para elegir.

Solidaridad como valor humano

Es sabido que el ser humano se relaciona con su entorno. Es, por naturaleza, un ser social. Desde la visión del CEO de San Tonino, la solidaridad es un valor humano por excelencia, porque a ello le sumamos la posibilidad de entendimiento del otro a través de ponerse en sus zapatos, la empatía.

 Se puede hablar de solidaridad como un valor empresarial

El CEO de San Tonino aporta, desde su trayectoria, la perspectiva de que la responsabilidad social empresaria es fundamental para la sociedad íntegra. Amortiguar el impacto que la coyuntura actual tiene en los sectores más vulnerables y necesitados está en manos de todos y, si somos parte de un ámbito laboral que pregone este valor humano, la generación de redes de contención es más simple y sostenible en el tiempo. Si querés saber cómo, desde tu lugar, podés donar, te invitamos a visitar Quiero donar, ¿cómo puedo hacerlo?